Hipotecar significa imponer, a través de un préstamo hipotecario, una hipoteca en un bien inmueble. El objetivo es obtener un montante monetario o garantizar un pago.
De esta forma, el significado tiene una relación directa con el concepto de hipoteca. Cuando una persona no puede pagar en efectivo la adquisición de una vivienda recurre a este tipo de préstamos o también para avalar a otros. Esta expresión suele tener connotaciones negativas, por ejemplo cuando decimos “va a hipotecar su vida”, refiriéndonos a sus malas decisiones.
A tener en cuenta
Sin ánimo de ser exhaustivos, conviene mencionar algunas recomendaciones a la hora de hipotecarnos. Por ejemplo, no confundir el préstamo hipotecario con el crédito hipotecario. El primero es eso, un préstamo. El segundo es una cantidad de dinero disponible, similar a la de la tarjeta de crédito, que permite hacer pagos en momentos puntuales. En este último caso, el saldo no disponible no genera intereses, aunque el coste financiero es algo mayor.
Por otro lado, siempre hay que tener en cuenta el interés. Este es un precio por pagar algo en un determinado plazo. Es decir, el banco nos cobra por dejarnos dinero y permitir que se lo paguemos en un período de tiempo. Por eso, este tipo de interés y a su vez, el período de amortización son importantes y deben ser estudiados por quien solicite la hipoteca. A mayor tiempo, menos cuota mensual, pero a mayor interés, mayor importe del pago.
Por otro lado, se puede subrogar, es decir, cambiar de banco por decisión del cliente. Puede darse una novación cambiando algunas condiciones. Podemos hacerlo no solo con la vivienda, también con toda clase de inmuebles e incluso terrenos. Por último, tenemos algunos tipos especiales como la hipoteca creciente o la hipoteca inversa y además, pueden darse tipos de interés fijos o variables.
Cuales son los pasos para hipotecar un inmueble
Los pasos a seguir son en parte similares a los de un préstamo personal. En este caso, el aval principal es el bien inmueble y esto crea algunas diferencias que veremos también:
- En primer lugar, este inmueble debe estar registrado en el organismo correspondiente de cada país.
- Hay que ser organizado. Busca todos los documentos de la vivienda o el local y los tuyos de ingresos.
- Toca tasar, normalmente este paso lo hace el propio banco. Este contrata al tasador que dirá cuanto vale la vivienda.
- Una vez tengamos estos pasos, podemos solicitar el préstamo. El banco lo estudia y decide si nos lo concede.
- Se firma el contrato y la hipoteca en el notario.
- Los pagos corresponderán a todos los gastos, incluidos registro y notario, así como las cuotas mensuales establecidas al hipotecar la vivienda.