Entre 1990 y 1991, Estados Unidos y una coalición internacional de 34 países lucharon contra Irak en lo que se conoció como la guerra del Golfo. El motivo de la conflagración fue la invasión de Kuwait por parte de las tropas iraquíes.
El 2 de agosto de 1990, el ejército de Irak irrumpía en territorio de Kuwait y se anexionaba el pequeño emirato situado en el golfo Pérsico. Aquella invasión ocasionó una contundente respuesta internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU condenó la invasión. Tras aprobarse una serie de sanciones, Estados Unidos comenzó a enviar tropas a Arabia Saudí, liderando una poderosa coalición con la finalidad de liberar Kuwait y de hacer respetar el derecho internacional.
Tras una campaña de bombardeos aéreos sobre Irak y una rápida intervención terrestre, el régimen iraquí se rindió y aceptó retirarse de Kuwait.
Origen de la Guerra del Golfo
Tras una larga guerra de desgaste con Irán, la economía de Irak se hallaba en una situación dramática. Hacia 1990, el país registraba una deuda externa que superaba los 70.000 millones de dólares. Así, Irak intentaba aumentar sus cifras de producción petrolífera, todo ello para poder hacer frente a la cuantiosa deuda externa que mantenía.
Por otra parte, las tensiones políticas con Kuwait cada vez eran mayores. Así, Irak argumentaba que los kuwaitíes habían usurpado petróleo de sus campos petrolíferos de Rumaila.
También en relación con el crudo, el régimen que presidía Saddam Hussein, afirmaba que Kuwait no estaba respetando los acuerdos de extracción petrolíferos de la OPEP. En este sentido, Irak sostenía que Kuwait estaba extrayendo más petróleo de lo pactado. Así pues, el incremento de la producción petrolífera por parte de Kuwait, estaba haciendo bajar los precios del petróleo y perjudicando claramente a Irak. Y es que, el 95% de las exportaciones de Irak se debían el petróleo.
Irak también exigía que Kuwait le condonase los préstamos que le había concedido, pues habían combatido a los iraníes en nombre de todos los árabes. Igualmente, Irak reclamaba la isla de Bubiyán, próxima a la localidad portuaria de Um Qasr. De este modo, Irak tendría una mejor salida al mar.
Irak y Kuwait entablaron conversaciones, pero la diplomacia fracasó y, finalmente, Saddam Hussein decidió invadir Kuwait.
La invasión de Kuwait y sus consecuencias
El 2 de agosto de 1990 infantería y vehículos de combate iraquíes cruzaban la frontera e invadían el pequeño emirato de Kuwait. Rápidamente, las fuerzas iraquíes se hicieron con el control del país y el emir Yaber Al-Sabah huyó de Kuwait.
La invasión iraquí de Kuwait recibió una contundente condena a nivel internacional. Ante una violación flagrante del derecho internacional, se impusieron sanciones económicas a Irak, que no mucho después se verían reforzadas por un embargo. En respuesta a la agresión de Irak se fraguó una coalición de 34 países encabezada por Estados Unidos.
Por su parte, Arabia Saudí puso a disposición su territorio como punto de partida para una eventual invasión de Irak. Mientras tanto, Estados Unidos y Reino Unido desplazaban tropas a la región, preparándose para entablar combate con el ejército iraquí.
A priori, luchar contra las fuerzas iraquíes se presentaba como un importante desafío militar. La Operación Escudo del Desierto implicaba desplegar cientos de miles de hombres para derrotar al ejército iraquí, considerado la cuarta fuerza de combate más numerosa del mundo. Precisamente, con este despliegue se buscaba proteger a Arabia Saudí de posibles ataques iraquíes.
A pesar de tener en contra a una gran coalición, Irak trató de abrir fisuras bombardeando Israel con misiles SCUD. Si Israel entraba en la guerra, varios países árabes podían abandonar la coalición. Sin embargo, Israel se contuvo a cambio de que Estados Unidos destruyese las plataformas de misiles iraquíes. Además de bombardear las plataformas de misiles iraquíes, Estados Unidos instaló plataformas de misiles antimisiles Patriot para destruir los SCUD iraquíes.
La Operación Tormenta del Desierto
El 16 de enero de 1991 comenzó la ofensiva de la coalición, denominada Operación Tormenta del Desierto. La fuerza multinacional emprendió bombardeos desde el aire y desde el mar, destruyendo objetivos militares, infraestructuras e industrias. De aquel entonces, en la retina de muchos estadounidenses permanecen las imágenes de la CNN, retransmitiendo la guerra en directo.
Posteriormente, el 24 de febrero de 1991, tuvo lugar la intervención terrestre. La ofensiva de la coalición resultó arrolladora para las tropas iraquíes, que se rindieron masivamente. Kuwait fue reconquistado y, tras unos cuatro días de combates en tierra, Irak se rindió y acató las condiciones de la ONU, lo que implicaba respetar la soberanía de Kuwait.
Consecuencias de la Guerra del Golfo
Con su victoria en la Guerra del Golfo, Estados Unidos incrementaba su presencia en Oriente Medio, especialmente en Arabia Saudí. Irak se comprometía a desmantelar su arsenal y a respetar la integridad territorial de Kuwait.
A pesar de todo, Estados Unidos continuó manteniendo un prolongado embargo a Irak. Este embargo supuso duras privaciones para los iraquíes, escaseando las medicinas y causando la desnutrición entre los niños.
Sin embargo, en los años siguientes, Irak, en el punto de mira de los Estados Unidos, no se libraría de sufrir nuevos ataques aéreos.
Otra desastrosa consecuencia para el medio ambiente fue el sabotaje de los pozos petrolíferos. Cuando el petróleo no ardía provocando enormes columnas de humo negro, quedaba estancado sobre el terreno, contaminando la superficie del desierto.
Aspectos económicos
La guerra del Golfo fue un acontecimiento desastroso en lo económico para los países del Tercer Mundo. El incremento de los precios del petróleo provocó que países como Bangladesh, Filipinas y Pakistán tuvieran que pagar 5.000 millones de dólares más que en 1989 por adquirir petróleo.
Si hay un país que sufrió con especial rigor las consecuencias económicas de la guerra del Golfo fue Jordania. En este sentido, los jordanos mostraban una fuerte dependencia del petróleo iraquí, vio cómo su industria tan solo funcionaba al 10% de su capacidad total. A nivel macroeconómico, los 2.000 millones de dólares que le costó a Jordania esta crisis, lo que venían a representar más del 25% del Producto Nacional Bruto (PNB) del país.
Las penurias económicas de Jordania trascendieron más allá de las cifras económicas y su postura favorable a Irak le costó quedarse sin la ayuda económica de sus vecinos árabes. Las exportaciones jordanas se vinieron abajo cuando los saudíes impidieron la entrada de plátanos y naranjas procedentes de Jordania.
Egipto también atravesaba un momento económico de gran dureza. El país estaba sumido en una de sus quiebras más complicadas, los ingresos turísticos caían y el empleo era terriblemente precario en sectores como el de la construcción. De hecho, la verdadera tasa de paro egipcio rondaba el 20%. No obstante, su participación en la guerra del Golfo se le reconoció descontándole parte de su deuda.
En Estados Unidos, la guerra pareció dar un cierto impulso a la economía. La victoria militar en el golfo Pérsico provocó un gran desplome de los precios del petróleo y los tipos de interés también cayeron, incidiendo favorablemente en los bienes raíces.
Países como Kuwait y Arabia Saudí aumentaban la producción del petróleo, haciendo que el precio bajase y, al mismo tiempo, pagando el coste que había supuesto la guerra. De hecho, el conflicto consolidó a Arabia Saudí como el gran líder de la OPEP, mientras que, con un Saddam Hussein derrotado, Irak veía reducido su poder de control sobre la oferta del petróleo.