Una empresa absorbente es aquella que, por medio de una absorción, integra en su balance el capital y el patrimonio de la empresa absorbida.
De esta forma, podemos decir que es una empresa que compra a otra. Cuando se produce esta operación, todos los bienes, derechos de cobro, obligaciones de pago y patrimonio neto de la que vende pasan a formar parte de la que compra. Normalmente hay algún interés estratégico en este tipo de intercambios.
Aspectos a tener en cuenta por la empresa absorbente
Cuando una empresa decide absorber a otra, debe hacer un análisis previo detallado. En este deben incluirse los objetivos de absorción, es decir, qué se espera obtener con la operación. Por otro lado, deben hacerse previsiones sobre la nueva situación respecto a las ventas, costes y otros temas de interés.
Además, debe hacerse un plan laboral con el personal de la empresa absorbida. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de países existe una regulación laboral que prevé este tipo de casos. Por tanto, hay que pensar en los problemas del posible cambio de ubicación o en los despidos que puedan darse.
Formas de adquisición
Normalmente hay dos formas de adquirir otra empresa. La diferencia estriba en que esta se disponga a vender de forma voluntaria o no:
- La voluntaria consiste en una oferta de la empresa que compra que debe ser aceptada por la que vende. La segunda recibe una cantidad de dinero a cambio. Por otro lado, esta situación suele darse cuando una empresa está en una delicada situación económica y opta por vender sus activos y pasivos a otra. Esta, a su vez, espera obtener un beneficio con la compra, sobre todo en relación a la cuota de mercado.
- La otra opción es la OPA hostil. En este caso solo la empresa compradora quiere realizar la operación. Lo que hace es ofrecer a los accionistas (de la que no quiere vender) un precio a cambio de sus acciones. Normalmente este es superior al de mercado y si acceden a vender la mayoría de ellos, habrá absorbido a su competidor.
Ejemplo de absorción
Con un ejemplo veremos más claro todo lo anterior. Imaginemos que somos un banco que cotiza en bolsa. Tenemos un competidor que, aunque pasa por una crisis, tiene una importante cartera de clientes. Una opción es hacerle una oferta por su empresa. Por ejemplo, compramos todo, sus bienes, derechos de cobro y deudas por diez millones de unidades monetarias (u.m.). La empresa accede y estaríamos ante la forma voluntaria.
La segunda opción es que no quiera vender. En este caso, la empresa absorbente lanza una OPA hostil a bolsa para “invitar” a sus accionistas a vender. Pero además, si es necesario, hacemos alguna oferta a los accionistas mayoritarias. Imaginemos que acepta la mayoría. Al final, a efectos legales habremos comprado la empresa y sin su consentimiento. De ahí la expresión “hostil”.