El comercio interior hace referencia a las acciones de intercambio de mercancías, tanto de bienes como de servicios, entre compradores y vendedores. Este se produce entre individuos que tienen la residencia en la misma localidad, región o nación.
El comercio interior o comercio interno, por lo tanto, es el intercambio de bienes y servicios entre agentes económicos, el cual se produce por agentes que tienen su residencia en un mismo territorio. Este tipo de comercio se llama comercio interno, además, por el hecho de que estos agentes están regulados por una mismo normativa comercial. En este sentido, el comercio interno es aquel que se produce dentro de un mismo territorio, ejercido por agentes que residen, también, en el mismo territorio.
Aunque este puede producirse en un área geográfica local, regional o nacional, suele hacer referencia al que se produce en un área geográfica nacional, con el fin de desglosarlo del comercio exterior.
Tipos de comercio interior
Dentro de este tipo de comercio podemos desglosarlo y clasificarlo en dos tipos. Es decir, dependiendo de a qué comprador lo enfoquemos, podemos clasificar este en dos tipos.
Estos dos tipos en los que podemos clasificarlo son:
Comercio minorista: Aquel que se encarga de ofrecer los productos o servicios al consumidor final. También conocido como pequeño comercio o sector retail.
Comercio mayorista: Se encarga de distribuir los productos o servicios entre los diferentes comercios minoristas.
Aunque estos son los dos tipos principales de comercio, el auge de la digitalización ha provocado que muchos autores incluyan, aquí, otro tipo de comercio. Hablamos del comercio electrónico. Este tipo de comercio, cuando se trata de tiendas online, también es un aporte para el comercio, así como a la economía nacional.
Diferencia entre comercio interior y exterior
El comercio interior y el exterior son los dos tipos de comercio de los que se nutre una economía. Ambos son muy importantes para la misma, aunque poseen claras diferencias como las que veremos ahora.
El comercio exterior y el interior, como muestran sus propios nombres, no reflejan lo mismo. En este sentido, podríamos distinguirlos de la siguiente forma:
El comercio exterior es el comercio que realizamos con el extranjero. Es decir, aquellas transacciones comercial de intercambio de bienes y servicios que, desde un país, se realizan con el extranjero.
El comercio interior, por otro lado, es precisamente lo contrario. Es el comercio que se produce en el interior de un mismo territorio. Es decir, las transacciones comerciales de intercambio de bienes y servicios que realizan determinados agentes económicos que residen, e intercambian, en un mismo territorio.
Así, el comercio exterior y el comercio interior se complementan, dando lugar a magnitudes que reflejan el cómputo de ambos fenómenos.
Importancia del comercio interior para el desarrollo económico
El comercio interior es un comercio que goza de gran importancia para una economía determinada. Al igual que el exterior, cualquier acción de comercio que se produzca tiene su efecto positivo en la economía. Sin embargo, ambos deben mantener un flujo constante para que ese beneficio se repercuta en la economía nacional.
En este sentido, el comercio interior goza de vital importancia para el desarrollo económico de un país. Gracias a que se producen intercambios de mercancías, el flujo de dinero dentro de una economía es constante, lo que dota a la economía de un gran volumen de actividad económica. Además, este tipo de comercio produce que el reparto de la riqueza se compense entre ciudadanos de un mismo territorio, ya que los intercambios se producen dentro de un mismo territorio, generando ingresos al propio territorio vía impuestos.
Así, un comercio interior de gran envergadura provoca que los recursos no tengan que ser importados del exterior, lo que favorece a los productores en el país, así como a la propia economía. Es por ello que el comercio interior siempre suele tener una gran importancia para muchas economías, superando al exterior, ya que acaba generando una riqueza y un desarrollo más equitativo, socialmente hablando.