El absolutismo es el nombre que recibe un régimen político correspondiente al Antiguo Régimen. Como tal, el absolutismo se basa en una pretensión teórica donde el poder político del gobernante no tiene ningún tipo de limitación. Parte de la idea de un poder absoluto que se toma como si fuera una ley divina que está por encima de todo.
La palabra absolutismo se origina en base al verbo absolver y a la expresión princeps legibus solutus est del latín. La traducción de esta frase se entiende como “el príncipe no está sujeto por la ley” y se lo asocia al poder real de Felipe “el Hermoso”. A su vez, entonces se hablaba del poder supremo y absoluto que tenían los príncipes en comparación al poder de los nobles.
Este concepto está ligado a un período histórico, así como a una ideología aplicada en un sistema político. Así surge el estado absoluto del Antiguo Régimen donde la figura de autoridad contaba con el poder único y absoluto. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, el estado absoluto no tenía limitación institucional de ningún tipo.
El absolutismo es una forma de gobierno donde el rey tiene un poder absoluto e incuestionable.
Como absolutismo se suele describir al poder único desde una perspectiva formal que resulta inalienable. De esta manera, los distintos poderes políticos que hoy conocemos se encontraban en manos de la monarquía. Era el monarca el que ostentaba los distintos poderes del estado y tomaba todas las decisiones.
Era la figura del rey la que se identificaba con el poder estatal dentro del absolutismo. Es importante diferenciar el absolutismo del totalitarismo ya que se tratan de dos regímenes políticos diferentes. El totalitarismo contempla la institución del Estado con un partido político al poder que instala su propia ideología.
A diferencia del totalitarismo, en el absolutismo no existe la institución del Estado ni mucho menos partidos políticos. Existe una persona que ostenta el poder y ejerce la autoridad en dicho régimen sin valerse de ningún tipo de ideología. Dentro del absolutismo no es necesario imponer un control en la sociedad ya que basta con que el pueblo obedezca al soberano sin cuestionarlo.
Características del absolutismo
Luego de las primeras menciones acerca del poder absoluto se comenzó a generalizar el uso de este concepto en todas las monarquías. Era tal la generalización de este concepto que no hacían distinción con respecto al poder efectivo de algunas monarquías más “débiles”.
La definición sobre el poder absoluto resalta los derechos que tiene el soberano con respecto a sus súbditos así como ningún deber para con ellos. También señalan que no se puede someter a juicio al soberano en caso de violar leyes aunque él mismo las proclamara. Esto se debe a que el soberano se encuentra desligado a respetar las leyes populares, él está por encima de las mismas.
Dentro del absolutismo, la autoridad y el poder del rey no tiene ningún tipo de límite ni se la puede cuestionar. En este sentido se relaciona con la patria potestad que tiene un padre de familia en cuanto a figura de autoridad. Así podemos concluir que el poder del rey tiene un carácter ilimitado e incuestionable.
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